Estamos viviendo en un mundo que cambia cada vez más rápido, los avances tecnológicos han desaparecido las fronteras y esto permite a la gente saber lo que sucede en cualquier lugar en tiempo real. La información y el conocimiento está disponible para todos y eso hace que las decisiones para comprar un producto o contratar un servicio tengan muchas más opciones.
Diario se generan necesidades que se propagan rápidamente, por ello las empresas deben buscar adaptar su oferta, mejorar constantemente sus productos y servicios o inventar nuevos para diferenciarse de su competencia y ser más atractivos para sus consumidores. Crear nuevos productos, modificar los que se producen o comercializan, entrar a nuevos mercados, buscar reducir los costos para bajar los precios, mejorar la calidad de los servicios u ofrecer nuevos, en fin, todo esto genera inevitablemente cambios al interior de las organizaciones y en la manera en que se realiza el trabajo.
Nuestros abuelos podían durar toda su vida trabajando para la misma empresa y haciendo lo mismo de la misma manera por muchos años, porque las empresas no tenían la necesidad de cambiar y podían pasar generaciones antes de implementar un cambio interno. Ya para finales del siglo pasado, nuestros padres tuvieron que aprender a cambiar su manera de trabajar cada determinado número de años, pues el desarrollo de los medios de comunicación comenzó a conectar al mundo y las empresas tuvieron que comenzar a cambiar al ritmo del entorno, nuestros padres también aprendieron a trabajar para distintas empresas.
Estamos en la segunda década del siglo XXI y hemos aprendido a cambiar la manera en que hacemos nuestro trabajo prácticamente cada año o incluso varias veces al año y también a cambiar de empresas de manera constante. Es por esta razón, que los que trabajamos en una empresa o nos relacionamos con ellas, escuchamos al interior de las mismas cada vez con mayor frecuencia términos como "transformación", "iniciativas de cambio", "proyectos estratégicos ", etc. En este sentido, es importante que conozcamos y entendamos más de todos estos temas y así poder adaptarnos mejor a los cambios y participar desde cualquiera que sea mi posición o nivel en la empresa.
Las empresas que no cambian lo que deben, y a la velocidad en que cambia el mercado, mueren. Tenemos muchos ejemplos: los fabricantes de máquinas de escribir murieron por no cambiar cuando aparecieron las computadoras personales; las empresas de renta de películas murieron por no cambiar cuando apareció el streaming; Las empresas de productos fotográficos murieron por no cambiar cuando apareció la fotografía digital.
Las empresas que aprenden a cambiar lo que deben y lo hacen rápidamente, se convierten en líderes de sus respectivas industrias. El tema aquí es que las empresas no son los edificios, las plantas, las instalaciones, los equipos o maquinarias, el mobiliario o los accionistas. Quiénes deben cambiar primero son las personas que trabajan en esas empresas comenzando por modificar sus paradigmas sobre la manera de operar, es decir, lo que ellos piensan sobre lo que se debe hacer, cómo se debe hacer, quién lo debe hacer y con qué lo debe hacer.
Hoy en día el problema no es cambiar o querer cambiar, todos están cambiando. En todas las organizaciones se manejan diferentes proyectos o iniciativas de cambio corriendo al mismo tiempo, el problema en mi opinión está en saber cambiar y saberlo hacer de la manera adecuada. Si las personas no sabemos lo que debemos cambiar y cómo cambiarlo podemos condenar a nuestra empresa a morir y perder nuestro trabajo.
Debemos aprender a cambiar y a hacerlo rápido, por eso además de nuestra especialidad, ahora debemos conocer o al menos entender temas de procesos de negocio, tecnologías de la información, administración de proyectos y gestión del cambio entre otras. Incluso es importante conocer y entender las modas y tendencias de la administración de empresas, desde la calidad total y reingeniería de los 80´s hasta los temas de transformación digital de hoy en día.
No importa tu posición en la organización, no puedes quedarte sin investigar, leer e informarte sobre la manera de participar en los proyectos internos de cambio de una manera más efectiva, el presupuesto para asesores externos es cada vez mas limitado y las empresas deben voltear a ver en su personal a quiénes los podrán llevar por el camino de los cambios que requieren con éxito.